domingo, 5 de abril de 2015

domingo, abril 05, 2015 por Juan José Bonanno en    Sin comentarios

Ya sea porque queremos empezar a tomar fotos o porque queremos cambiar nuestro equipo, la duda siempre estará presente: ¿cuál es el equipo “ideal”?
En este artículo inaugural de la sección Fotografía, analizaremos las diferentes opciones y trataremos de acompañarte en el primer paso en esta fascinante tarea de fotografiar la naturaleza.

La respuesta a ¿cuál es el equipo ideal para fotografiar la naturaleza? puede resultar frustrante, y esto se debe a que la mejor respuesta es un sencillo “depende”.

¿De qué depende? Principalmente, del uso que cada uno le quiera dar a su equipo. Están quienes quieren tomar fotografías como complemento a sus observaciones de campo, o simplemente para obtener un registro fotográfico de las especies encontradas. Están quienes se sienten atraídos por el tema y quieren iniciarse y están quienes pretenden dedicarse profesionalmente a la fotografía. Y también están los que buscan un equilibrio entre lograr fotos de calidad artística y poder identificar o ilustrar sus salidas de campo. Para todos ellos existe un equipo ideal. Y no necesariamente tiene que ser el mismo.

Sony W800, una poderosa compacta de bolsilloPara el naturalista que sólo quiere registrar sus hallazgos, o para el entusiasta ocasional, no existe mejor opción que una buena cámara digital compacta. Son livianas, económicas, generalmente no requieren conocimientos avanzados de fotografía para obtener buenos resultados y las hay para todos los gustos. La mayoría de estos equipos vienen preparados para todo terreno, algunas con un zoom incorporado que puede llegar a los 30X (720 mm), lo cual es fantástico para la fotografía de aves. También incorporan funciones de gran angular, imprescindibles para paisajes, y un modesto modo macro para obtener detallados primeros planos de esas pequeñas maravillas que son los insectos.


Lumix FZ70, compacta tipo Bridge que permite un control de las tomas similar al de las réflex
Una subclase dentro de las cámaras compactas son las “semi-réflex” o “bridge”, que se caracterizan por tener el aspecto robusto de una cámara Réflex y por incluir lentes de gran longitud focal.

Este sería el equipo “básico”, el cual así descripto parece inmejorable, aunque esto no es realmente así ¿Por qué no? Simplemente por una cuestión física: el tamaño del sensor. Es que a veces, el tamaño importa. Sin entrar en tecnicismos tediosos (ya habrá tiempo para eso) el sensor es – junto con el lente de la cámara – el principal responsable de la calidad de las imágenes. A mayor tamaño del sensor, mejor será el comportamiento de la cámara en, por ejemplo, condiciones de baja luminosidad. Como se imaginarán, el sensor en una cámara compacta es muy pequeño en comparación al de una cámara Réflex, lo que nos lleva al siguiente nivel.

Para procurar resultados de calidad en la fotografía, un equipo más apropiado es una cámara réflex digital de único objetivo, más conocida como DSLR (del inglés Digital Single Lens Reflex) En una cámara DSLR, el mencionado sensor viene a reemplazar la película de 35 mm usada en fotografía analógica o química.

Nikon D3200, una réflex ideal para principiantesEstas cámaras tienen unas cuantas virtudes frente a sus hermanas menores: para empezar, los lentes son intercambiables, lo que permite adaptarse a diferentes tipos de fotografía o especializarse en alguno de ellos. Hay lentes dedicados a la macrofotografía y hay “super” teleobjetivos que son ideales para quienes se dedican a la fotografía de aves. Las cámaras réflex también son más eficaces en funciones muy útiles para la fotografía de naturaleza, incluyendo el disparo a ráfaga, que nos posibilita a tomar entre 3 y 14 fotografías por segundo, una mayor sensibilidad ISO, la posibilidad de tomar las fotografías en un formato “crudo” (RAW) de mucha mayor calidad y conteniendo mucha más información. Además, en una cámara réflex podemos controlar todas las variables de la captura (velocidad de obturación, apertura de diafragma, etc.) y en general tienen una respuesta muy rápida por tener procesadores de gran rendimiento.

Canon EOS 7D, réflex profesional de gama altaPero no todo es color de rosa, la fotografía réflex también tiene su lado amargo, representado en este caso por el precio. Son equipos caros en comparación a las cámaras compactas y hacerse con objetivos dedicados y de calidad suele acarrear la inversión de una pequeña fortuna. Otro aspecto a tener en cuenta es el peso: cargar con un equipo “todo terreno” implica llevar, además del cuerpo de la cámara, al menos un par de objetivos y unos cuantos accesorios, todo junto significa una dura prueba incluso para la espalda más audaz. Y por último, vale aclarar que si bien las cámaras réflex pueden usarse en modos automáticos y semi-automáticos, aprovechar al máximo todo su potencial conlleva sacar las fotos en modo manual, y eso requiere un mínimo de conocimientos en fotografía que no son necesarios en la gran mayoría de las cámaras compactas.

Y así llegamos al final de este artículo. Como vimos, lo más importante al momento de comprar un equipo fotográfico es plantearse cuál es el uso que se le dará. Hay muchísimas opciones en el mercado y seguro alguna se acomodará a las inquietudes y al presupuesto de cada uno.

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